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Xainox. El heredero del sol

Empecemos por el Inicio…


Portada del libro Xainox El Heredero del Sol por Mirelissa Patiño, Mujer envuelta en fuego como el fenix
Xainox. El heredero del Sol

 

El evento del año en la secundaria de Domville, los Juegos Intramuros. Estos juegos se celebraban anualmente entre las secundarias del estado. cada año la Secundaria Domville era la sede principal y usualmente los ganadores solían a ser sus estudiantes.

Luego de ganar el encuentro de basketball femenino y concluir las actividades de ese día los chicos de la secundaria se dirigieron a la playa del pueblo a celebrar tan anhelada victoria; y es así como Samantha (Sam), Leyla, Mia y Dana acompañadas como siempre de sus inseparables amigos Liam, Oliver, Darnell y Gabriel planeaban pasar la tarde.

Domville era un pueblo pequeño pero muy organizado, habitado exclusivamente por familias bien establecidas, nadie era extraño y contaba con todo lo que se podría necesitar, por lo que rara vez salian del pueblo.


Felizmente, así como era de aburrido también era un pueblo muy seguro, y eso les permitía a los chicos andar sus calles, parques y playas con cierta libertad y sin despertar preocupación en sus padres.


La playa a donde se dirigían nuestros amigos quedaba cerca de la escuela y a ellos les gustaba usar un camino que, según ellos, "descubrieron" bajando un risco, no muy peligroso que digamos, pero si muy rocoso y oculto entre la vegetación que le rodeaba, sin embargo, para ellos era divertido pues ponían en práctica algunas de las habilidades que habían aprendido ya que otra de las herramientas para matar el aburrimiento en los jóvenes, especialmente adolescentes, eran las activiades extracurriculares. Por esta razón los padres de los jóvenes en Domville se habían ocupado de que siempre hubiesen actividades para hacer, los chicos practican desde softball hasta artes marciales.


Pero bueno, volvamos a la playa... era un día precioso para nadar un rato, la tarde soleada, la brisa cálida y los demás estudiantes de la secundaria iban llegando… ese día prometía ser muy divertido!


El agua tibia para quienes prefirieron nadar fue perfecta, jugaron voleibol playero, hicieron competencias de "halar la cuerda"para probar el grupo más fuerte y un sinfín de actividades más; pero ya al caer la tarde debían retirarse y recuperar energías para los juegos del día siguiente, así es que como llegaron así mismo empezaron a retirarse, y el grupo de los 8 no fue la excepción.


Amigos divirtiéndose al ver el atardecer caer en la playa
Darnell, Gabriel, Mía, Sam, Óliver, Leyla, Dana y Liam

Entre risas, cuentos, travesuras y competencias retornaban por mismo camino por el que habían llegado. Con Dana a la delantera los chicos se dispusieron a escalar el risco que habían bajado anteriormente, sosteniéndose de ramas, piedras, hierbas y todo lo que pudiera ayudarles a subir antes que los demás. Cualquier excusa era válida para una competencia más.


Dana ya iba casi llegando a la cima seguida muy de cerca por Mía, de repente algo sucedió, ¡el suelo empezó a moverse! el temblor era cada vez más fuerte y los chicos que venían más abajo ¡no pudieron sostenerse! las piedras del risco se soltaban por el movimiento y les golpeaban. Sam y Óliver fueron los primeros en caer de espaldas en la arena, los demás saltaron en su auxilio con excepción de Dana y Mía que lograron sostenerse abrazándose fuetemente a la raiz de un árbol robusto que parecía descolgarse del risco y con los ojos cerrados esperaron a que pasara el temblor precipicio abajo. Al instante se escuchó un crujir en la tierra, como si se estremeciera y casi simultáneamente una alarma en los altavoces de la ciudad puso a todos en alerta.


Cuando todo se calmó, Dana abrió los ojos todavía sosteniéndose del árbol y miró a su alrededor -Mía, ya pasó -le dijo Dana a su amiga que aún no abría los ojos asustada por el evento.


Desde abajo se escuchó la voz de Darnell que gritaba preocupado:

-¡¿Están bien?!

Afimativa fue la respuesta de Mía que ya había reunido el coraje para abrir los ojos.

Los chicos se encontraban bien dentro de lo que cabe, sólo rasguños y cortadas en las manos y piernas pero nada grave. Rápidamente los que estaban abajo se reagruparon.

-¡Dana, Mía; nos vemos del otro lado! -les gritó Liam gesticulándo que darían la vuelta por otro camino.

-¡De acuerdo! -gritó Mía- vamos Dana, salgamos de aquí.


En ese instante Dana y Mía se dispusieron a llegar a la cima que estaba a unos pocos pasos de ellas; en cuanto llegaron, apenas puestas en pies y aún sacudiéndose el polvo se percataron que frente a ellas, esperándolas habían cuatro personas que nunca antes habían visto, con ropa de militares y visiblemente armadas.

-Ustedes vienen con nosotros -dijo uno de los señores, agarrando fuertemente a Mía por un brazo, mientras que otro se abalanzaba contra Dana para atraparla; pero no contaban con su entrenamiento, rápidamente las chicas reaccionaron, zafándose de sus opresores, golpeándoles con patadas, rodillas y codos hasta tirarlos al suelo, en cuanto vieron el camino libre corrieron hasta donde se encontraban los demás antes de que los gorilas pudieran atraparlas otra vez.


Al llegar al punto de encuentro y casi sin aliento les contaron a los chicos lo que había sucedido y acto seguido el semblante de Líam, Darnell, Óliver y Gabriel cambió, sus rostros no eran de asombro como el de las demás chicas, sino de preocupación y determinación.

-Debemos ir a casa de Darnell, ese es el punto de encuentro -dijo Líam al tiempo que sacaba si celular para llamar a Michael, quien era conocido por todos como el padre de Sam. -Domville ha sido comprometida, debemos evacuar a las chicas cuanto antes. -fueron las palabras de Liam.


Continuará...

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